Educación sobre las drogas

Las drogas solo pueden proveer consuelo temporal, y pronto las consecuencias son mucho peores que el sufrimiento original.

Las drogas existen desde hace tanto tiempo como los humanos y la propia religión. Desde hace décadas, la prohibición de las drogas ha sido un tema tabú y siempre se ha hablado de ellas, pero nunca se ha enseñado.

Desde luego, el tiempo habla por sí solo y está claro que esta prohibición no ha servido para que las drogas, aquellas sustancias químicas o extraídas de la naturaleza y posteriormente edulcoradas, desaparezcan o se dejen de consumir. Por ello, es imprescindible dar visibilidad, no para incitar a su consumo, sino para dar la información que se merece, algo que tarde o temprano vamos a ver o con lo que vamos a tener contacto.

Las drogas han existido tanto como el placer. Este placer no ha sido lo que ha matado o enganchado al ser humano, sino la ignorancia. Esta idea es la clave que se debe visibilizar y, a partir de ese momento, podremos profundizar en la materia.

¿Por qué es tan importante contextualizar la ignorancia como la principal causa del por qué las drogas están tan mal vistas?

No es nada nuevo que, dependiendo de la sustancia que se consuma, se produzcan unos efectos en la conducta de la persona e incluso algunos en el propio pensamiento. Con esto quiero decir que lo que no mata es la droga, sino la desinformación y la información mal utilizada. Al mismo tiempo que se deberían dar clases de educación sexual, educación psicológica o educación nutricional, también se debería proporcionar educación sobre las drogas: de qué están compuestas, qué le producen al cuerpo humano, qué les ocurre a corto, medio y largo plazo, etc.

Cada persona debe ser consciente de las consecuencias que conllevan todas sus acciones y decisiones. Sin embargo, para tomar la mejor decisión, es necesario informarse y tener el mayor conocimiento posible para cometer el menor número de errores posible.

Con esto quiero decir que, al igual que existen sustancias como el café, el alcohol, el tabaco o cualquier medicamento que se puede encontrar en la farmacia más cercana, una droga no tiene por qué estar prohibida. Lo que no cabe duda es que la dependencia humana hacia algo siempre existe y existirá.

En conclusión, proporcionar información a los jóvenes y adultos sobre las drogas no los convertirá en toxicómanos o drogadictos, sino que les permitirá conocer las consecuencias de su consumo, la razón por la que existen, lo que producen en el cuerpo y en la mente, y lo adictivas que son. En definitiva, la droga no ha matado al hombre; lo que lo ha matado ha sido el desconocimiento.

Carlos Ruiz Ruiz.

Artículo original publicado en la Revista Educar es Amar “Entre páginas y fuera de peligro“, el 2 de mayo de 2023

Carlos Ruiz Ruiz es estudiante de 4.º del Grado de Maestro en Educación Primaria.

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